Cien años después de la Revolución Rusa, el filósofo italiano y argentino naturalizado Rocco Carbone reflexiona acerca del acontecimiento político más importante del Siglo XX.
- La revolución es el acontecimiento más importante del siglo XX. Cambia la historia moderna de los Estados, escinde en dos y a escala planetaria las ideas políticas dominantes. Transforma los imaginarios sociales de los pueblos, devolviendo a los pueblos su papel de sujetos de la historia. Innova los escenarios de guerra e introduce la idea de otra opción (mundo) posible en el curso de la humanidad.
- La Revolución de Octubre fue un hecho político y militar que vio como protagonista a las grandes mayorías minorizadas que tomaron por asalto el poder político. Ese gesto, ese asalto implicó dos movimientos complementarios: negar el viejo orden estatal y fundar un nuevo orden político: en Rusia y en el mundo
- Repuso otro sentido de la Historia y en la historia de la humanidad: la del socialismo como referente moral de la plebe moderna en acción.
- Nos enseñó que las revoluciones son momentos fundadores de estructuras sociales nuevas. Si son victoriosas, las estructuras sociales que fraguan, son verdaderas. Si no son victoriosas o derrotadas también tienen su trascendencia porque indican las transformaciones necesarias que precisa una sociedad.
- La revolución bolchevique fue fundamentalmente una revolución cultural, una revolución cognitiva que volvió lo imposible y lo impensable en realidad. Implicó una transformación radical de los esquemas de sentido común de la sociedad, del orden moral y del orden lógico.
- En América Latina, en alguna de sus latitudes, revolución alguna vez se llamó indigenismo. Es la historia de la larga noche de los 500 años. Esa historia tiene plena vigencia hoy en día en la Argentina. La humillación del poder político y judicial de una indígena mujer luchadora –Milagro Sala– representa un disciplinamiento que mira desde el norte al resto del territorio nacional. Y Santiago, un traidor a su clase (a su blanquedad), luchador, solidario. Un joven que se había solidarizado con las luchas de los pueblos oprimidos. Y en el sur indígena, esas luchas exigen que el Estado Nacional deje de cuidar los intereses de Benetton y reconozca la legítima propiedad de la tierra originaria. Milagro y Santiago son dos momentos –distintos aparentemente– de “indigenismos” en disputa con gobiernos provinciales blancos o en disputa por la tenencia de tierra colonizada por capitalistas extranjeros.